“No seas como yo”

Redes de defensores de Derechos Humanos entregan reconocimiento a Bruno Rojas por su compromiso y entrega en la defensa de derechos en Bolivia, 2017. Foto: CEDLA

Un investigador social que se ha interiorizado con las problemáticas sociales al punto de renunciar a su jubilación e impulsar la defensa de los Derechos Humanos.

Bruno Rojas Callejas comenzó su vida laboral en los años 70 como ayudante de una fábrica. Hoy, a sus 61 años, se encuentra jubilado pero continúa trabajando como investigador social. El actual sistema de jubilación y una familia numerosa le impiden dejar aquello que más le gusta: investigar y luchar por los intereses colectivos.

Al igual que muchos, le tocó presenciar varios hitos históricos del país que, lejos de frenar sus aspiraciones, lo motivaron a seguir. Fortaleció sus convicciones, enmarcadas en los Derechos Humanos, gracias a las personas que conoció; dirigentes sindicales, trabajadores fabriles, gremiales, universitarios y enfermos con cáncer, principalmente.

Fue entrevistado una infinidad de veces, pero nunca dio detalles de su vida.

Desde cero

Rojas nació en 1958 y vivió sus cuatro primeros años en Chamuco Chico, un barrio empobrecido de la ciudad de La Paz. El nombre se le quedó grabado, un trágico accidente aéreo suscitado muy cerca de su barrio se encargó de que no lo olvidara.

Se mudó a Villa Fátima, una zona vacía y sin servicios básicos. El salario aproximado de Bs 400 que percibía su familia no alcanzaba para más, pese a los esfuerzos de su madre, oriunda de Yanamuyo y de profesión trabajadora del hogar. Su padre, de profesión albañil, regularmente trabajaba como cargador en la Estación Central de trenes. “No seas como yo, no seas constructor, no seas albañil, sé algo más que eso”, fueron las palabras que lo motivaron a estudiar.

“Cuando en el colegio nos pidieron el Manifiesto Comunista de Marx y Engels, mi papá, pese a las carencias, hizo todo el esfuerzo para comprar ese libro”, recuerda.

Pese a los problemas económicos, estudió en la escuela Rogelio Ayala Moreira, en Villa Santa Rosa Grande, y después en el colegio Gualberto Villarroel, al que le costó ingresar por la carencia de cupos. Pese a todo logró salir bachiller. Fue al cuartel y a su retorno ingresó “accidentalmente” a la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA). Vio un anuncio de cursos preuniversitarios por casualidad en un periódico, mientras trabajaba en la imprenta de su cuñado.

La primera carrera que estudió fue Filosofía y Letras, pero tuvo que salirse porque se iba a “morir de hambre”, según recuerda le dijo una de sus compañeras, antes de que la U sea cerrada por el golpe militar de García Meza. Finalmente, optó por estudiar Sociología, profesión en la cual trabaja hasta la actualidad y que lo llevó a trabajar con diferentes sectores sociales.

Contacto directo con las problemáticas sociales

Al igual que ahora, buscar trabajo siempre fue un problema. Pero, la fortuna lo acompañó. Comenzó a trabajar en el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), una institución de investigación social, en la que se acercó directamente con trabajadores y comerciantes minoristas que le sirvieron para conocer sus necesidades y problemas. “Ahí fue donde se fortaleció todo esto”, asegura.

Su interés por la educación lo llevó a trabajar por más de 15 años como docente de diferentes carreras de la UMSA. Admite que le hubiera gustado continuar, pero entendió que trabajar desde la investigación tiene mayores resultados en materia de derechos.

Dentro de los diferentes trabajos publicados, su más reciente investigación lo hizo con la Asociación de Pacientes con Cáncer de La Paz, en 2018. Con ellos conoció las necesidades y carencias de este sector tan abandonado. Recuerda que al igual que en experiencias con fabriles y minoristas, lloró de impotencia mientras realizaba los talleres de capacitación. Le parece inconcebible que las personas tengan tantas vulneraciones a sus derechos sociales reconocidos en la ley.

Actualmente, Bruno Rojas es coordinador del Colectivo de Defensores de Derechos Humanos La Paz – Oruro, conformado primordialmente por jóvenes universitarios y activistas. Sueña con retirarse, junto a su esposa, al área rural para trabajar con niñas y niños en el fortalecimiento de los derechos humanos.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *